El poder de la autocorrección

La pandemia trajo un sinnúmero de problemas para varios negocios. Uno de ellos fue el de Joaquín, quien se dedicaba a vender joyería. Derivado de la pandemia, sus ventas se cayeron y ya no tuvo para poder seguir pagando nóminas, rentas, impuestos, etc.

Joaquín siempre fue muy cumplido, pero pues por esta situación anormal fue que dejó de pagar sus impuestos. Básicamente dejó de pagar más de $300,000 entre ISR e IVA de ese año.

Pues bien, en el 2023 el SAT llegó a tocar su puerta, para hacerle una visitar domiciliaria (auditoría) del año 2020. Joaquín sabía que debía esa cantidad y se acercó con nosotros desde el inicio de la misma.

En este caso, Joaquín no quería pleito con la autoridad, sino tiempo para poder pagar sus impuestos. 

Recordemos que los contribuyentes tenemos derecho a la autocorrección; ¿qué significa esto? Básicamente decir, sí la regué, disculpe usted SAT, le pago lo que le debo pero écheme la mano con las multas y recargos.

Entonces eso fue a lo que nos abocamos. Llevamos el acompañamiento en la auditoría para alargarla lo más posible en tema de tiempos, buscando que Joaquín pudiera ir juntando el dinero. Una vez que estábamos por concluir, nos acercamos a PRODECON para hacer un acuerdo conclusivo; sin embargo, no teníamos intención de hacerlo, ya que de haberlo hecho nos hubiéramos gastado nuestra bala de plata de la reducción de multas al 100% por única ocasión; sin embargo, recordemos que la RMF del 2023 tenía ese beneficio aun sin acuerdo conclusivo. 

Se logró la reducción de multas al 100%, los recargos del 1.47% mensual se bajaron al 0.98% y nos dieron 12 meses para liquidar la deuda. 

Al final, todos salieron felices, Joaquín pagó lo que debía con beneficios y el SAT recuperó su dinero.