No siempre los problemas fiscales se resuelven con juicios.

Sucedió que Jesús que es un empresario, por temas de pandemia, los proyectos de su empresa se le vinieron abajo. De ahí empezó a retrasar los pagos con proveedores, créditos, nómina y obviamente impuestos; Jesús acudió con nosotros para ayudarle, el quería pagar todo lo que debía, solo necesitaba tiempo, para empezara buscar nuevos proyectos o incluso buscar vender algunos activos y pagar.

Le acababa de llegar una auditoría de parte del SAT.

Recordemos que para efectos de poder solicitar en temas fiscales pagos a plazos (en abonos) o un pago diferido (un solo pago en cierto tiempo), es necesario que los impuestos se deban de años pasados, situación que no era aplicable, entonces se tuvo que echar mano de todos los recursos y jugar al filo de la línea.

¿Qué fue lo que hicimos?
En el tema de la auditoría, ya casi cuando llegaba a su fin, solicitamos un acuerdo conclusivo con PRODECON, para efectos de ganar tiempo, realmente no íbamos a peleando nada, porque de hecho solo le determinaron unas diferencias menores, sin embargo, como decíamos lo que buscábamos era tiempo. El tema de las multas no buscamos que las redujeran por esa vía, ya que como eran pocas, preferimos mejor solicitar el beneficio vía Resolución Miscelánea.

Se fue armando un plan de pagos de los impuestos anteriores, para ir pagando en parcialidades, aun sin tenerlos autorizados (si te pones a leer el Código Fiscal, tiene muchos beneficios qué hay que saber leer entre líneas)

Lo mejor que te puede pasar cuando estas buscando tiempo, contrario a lo que muchos pensarían, es que te llegue una auditoría, porque tiene dos beneficios, el primero, detiene los requerimientos y multas, además que el cobro de los impuestos no es inmediato, se tardan cuando menos 14 a 16 meses, en que te entreguen el monto adeudado, que ese monto aun se puede alargar más si pides un acuerdo conclusivo.

Por eso, si tienes este tipo de problemas, acude con expertos que sepan cómo jugar con las reglas a tu favor.