Mitos y realidades de los dividendos

Cuando inviertes en una empresa, obviamente lo haces pensando en que esa inversión te va a dejar altas ganancias. Recordemos que las ganancias de las sociedades de reparten a los socios que invirtieron su dinero en ella; esa ganancia que se reparte se llama dividendo.

Ahora bien, esos dividendos tienen implicaciones fiscales.

Primero que nada, debemos entender que las ganancias de las empresas van a pagar el 30% de ISR. Por lo tanto, si la ganancia de la empresa es de $800,000 va a pagar un ISR de $240,000, lo que dejaría una utilidad neta después de impuestos de $560,000.

Ese monto es el que se repartirá a los socios. No obstante, puede ser que el socio vuelva a pagar ISR sobre esa ganancia.

Lo qué pasa que al ser personas jurídicas diferentes el socio y la empresa, cada uno de ellos pagará el ISR que le corresponda. Recordemos que las personas físicas pagamos entre el 1.92% y el 35% de ISR, dependiendo nuestro nivel de ingresos.

Así tenemos que la empresa pagó el 30% y una vez que le reparte el dinero al socio, este lo deberá de declarar como persona física y pueden suceder dos cosas: puede obtener un saldo a favor si la tasa personal del socio es menor al 30% o bien, pagar más ISR si la tasa personal del socio es mayor al 30%. 

¿De qué depende esta tasa? De la suma de todos los ingresos que tenga, ya que a la hora de calcular el ISR anual el socio deberá de juntar todos sus ingresos como sueldos, actividad empresarial, rentas, intereses, dividendos, etc. A manera de cálculo rápido, si el socio tiene ingresos anuales menores a $3 millones de pesos, pagará 30% o menos; si el monto excede pagará más del 30%.

Además de que probablemente tenga que volver a pagar el socio, recordemos que cuando una empresa reparte dividendos a sus socios personas físicas les tendrá que retener el 10% del monto del dividendo; situación que no pasa si el socio es persona moral, ahí no existe esta retención.

Por eso siempre que entres en una inversión como socio, revisa si entras como persona física o como persona moral, ya que la carga fiscal es diferente.